Muere a los 84 años el poeta Alejandro Gago, una de las voces cántabras de la generación de los 50

El poeta Alejandro Gago falleció ayer, día 20 de diciembre, en Santander, a la edad de 84 años. Gago, autor entre otras obras de ‘Sombra creciente’, fue una de las voces de la creación literaria del Santander de los años 50, época donde floreció la cultura local enmarcada con autores como Ricardo Gullón, José Hierro, Carlos Salomón, José Luis Hidalgo, Manuel Arce, Ángel de la Hoz, Rodríguez Alcalde, etc…

Sus primeros versos se publicaron en la revista ‘La Isla de los Ratones’ en 1948. También publicó varios de sus poemas en otras revistas literarias como ‘Verbo’, ‘La Calandria’, ‘La Estafeta Literaria’, ‘Poesía Española’, ‘Piedralaves’ y ‘Peña Labra’.

Autor de cuentos y relatos en prosa, fundó en 1951 la revista poética ‘El gato verde’ y una colección de libros con el mismo nombre.

Cuando tenía 9 años la Guerra Civil acabó con la vida de su padre, militar republicano, y su primer libro, ‘Por la misma senda’ (1949), traducido al francés en 1963 en la colección ‘Promesse’, evoca la ausencia de su padre en la dura posguerra.

Sus primeros estudios los realizó en el colegio Salesianos y en el colegio Numancia. Siempre vivió en Santander, con una niñez condicionada a las difíciles circunstancias de la época, teniendo que compatibilizar los estudios y el trabajo desde los 13 años como recadista en una tienda de comestibles. Muy aficionado a la botánica, además de bibliotecario y profesor de español en los cursos para extranjeros de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, mantuvo una herboristería en la calle Alta de Santander y un consultorio radiofónico en la COPE.

Amigo del dramaturgo López Aranda, le convenció para que interpretara a uno de los tres personajes de ‘Los molinos de Dios’, estrenada en 1952, la única obra de teatro que escribió Gago. Poetas como Gerardo Diego, Matilde Camus, Carmen Stella de Vallejo o Julio Sanz Saiz le han dedicado poemas.

Además de ‘Por la misma senda’, ha publicado ‘Prisionero del tiempo’ (1952), ‘Cuatro dioses’ (1955), ‘Los pasos detenidos’ (1960), ‘Las estrellas que Dios manda’ (1962), ‘Llanto por un hecho cotidiano’ (1978), ‘Elegía a Angelines’ (1999) y ‘Sombra creciente’ (2005), dedicado a su esposa, enferma de Alzheimer. Este libro fue publicado por la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de la que fue secretario.

En los últimos años se recogieron sus poemas en obras como ‘Con tu piedra’, una antología editada por la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria que reunió versos de 50 poetas vivos de Cantabria en torno a la sensibilidad medioambiental; ‘Desde la bahía’, de la editorial Creática, donde se recogen poemas de 24 autores con fotografías de Pedro Palazuelos; ‘25 años de Autonomía, 25 años de creación poética en Cantabria’, que editó el Parlamento de Cantabria en conmemoración del 25 aniversario del Estatuto de Autonomía y ‘Haz de rectas’, publicada por el Taller de Lectura de Luis Salcines.

Su poesía se ha recogido en las antologías ‘Santander, mar y poesía’ (1991), de José Ramón Saiz Viadero, ‘Poetas de Cantabria en el aula’ (1996), de L. A. Salcines y la publicada en 2007 por la editorial Icaria, ‘Antología 1949-2006’, a cargo de Juan Antonio González Fuentes.

Su fallecimiento le incorpora a la relación de autores que www.escritorescantabros.com pretende divulgar por medio de estas páginas.

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