Fernández Camporredondo, Calixto

Foto de Fernández Camporredondo, Calixto
  • Nacimiento/Fallecimiento
    1815-1857
  • Procedencia
    Sobremazas

Calixto Fernández Camporredondo, o Campo-Redondo, nació en Sobremazas, actual municipio de Medio Cudeyo, el 28 de junio de 1815. Su padre, Francisco Antonio, era escribano y falleció cuando Calixto tenía cinco o seis años, dejando huérfanos a sus ocho hijos. Con escasos recursos familiares pudo estudiar latín y filosofía en el colegio de Villacarriedo. Siempre tuvo un gran interés por la lectura y con esa instrucción, su talento y unas ganas enormes de saber, comenzó a destacar como poeta.

En 1835 sirvió en la I Guerra Carlista en el Batallón de Cántabros Voluntarios, adquiriendo el grado de sargento. Abandonó la milicia por enfermedad y pasó a trabajar como escribiente en el Gobierno Civil de la provincia.

En 1841 leyó una oda en el acto inaugural del Liceo Artístico y Literario de Santander, y comenzó a obtener premios y menciones en concursos literarios, como el accésit otorgado por la Academia de Buenas Letras de Barcelona por su poema “Las Armas de Aragón en Oriente” (1842).

Se casó en 1842 con Aureliana Rodríguez, que murió cuatro años después y volvió a casarse con Luisa Trabanco, natural de Santander.

En 1852 se trasladó a Alar para trabajar en el despacho del ferrocarril, en las oficinas de Isabel II, donde ocupó el cargo de oficial de Secretaría hasta su temprana muerte cuando tenía 42 años.

Fue colaborador de varias publicaciones santanderinas, como “El Buzón de la Botica”, así llamado porque se estableció en la farmacia de Agustín de la Cuesta, donde había un buzón que recogía las colaboraciones de autores poco conocidos. También estuvo en la redacción de El Censor” y “El Despertador Montañés”, periódicos desde los que defendió la idea de la construcción del ferrocarril entre Alar y Santander. En estas publicaciones también se plasma buena parte de su trabajo lírico como su poema “Expedición de los Transmeranos a Pando en 1808”, publicado en “El Censor”, de carácter burlesco, como el ‘Bando sobre locución’.

Otros poemas tuvieron un carácter patriótico, como ‘A mi patria’, ‘A España’, ‘A la primera defensa de Zaragoza’, ‘A los antiguos cántabros’, ‘A la solemne inauguración del ferrocarril de Isabel II’, y también escribió algunos de tema amoroso, como el titulado ‘El amor herido’.

Fue poeta de estirpe clásica, seguidor de Quintana, y se mantuvo apartado del movimiento romántico contemporáneo. Su obra la componen elegías, odas, versos patrióticos, amorosos y festivos. José María Cossío le considera precursor de la Escuela Montañesa que se inspiró luego en temas regionales, señalando sus composiciones “A los antiguos cántabros” y “A la inauguración del ferrocarril de Isabel II”. José María de Pereda le dedicó una biografía y el escritor y académico Manuel Cañete le dedicaría la poesía ‘La perla de la Montaña’. También Marcelino Menéndez Pelayo realizaría comentarios sobre su obra.

Murió en Santander el 28 de diciembre de 1857 a la edad de 42 años.

En 1862 apareció la colección póstuma de sus poemas bajo el título “Ecos de la Montaña”, prologada por José María Pereda que realzaba las cualidades de “dócil y variada fantasía”, de “erudición tan rica como escogida” y de “estilo sobrio, correcto, castizo” que caracterizaban al poeta.

 

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