Es la tercera novela de este escritor santanderino (todas publicadas con la editorial Pàimes) que se ha especializado en la novela histórica y que lleva por título ‘Peña Amaya. La lucha de los cántabros contra el poder visigodo’. En esta ocasión, Santamaría se olvida de los espartanos de sus dos primeras obras (‘Okela’ y ‘El águila y la lambda’) y se sitúa en el siglo VI, cien años después de que el Imperio Romano de Occidente cayera en manos de los bárbaros e invadieran Hispania. En esta época, en pleno reinado de Leovigildo, un país diminuto como Cantabria se mantiene independiente del propósito del monarca que pretende unificar el territorio hispánico bajo su tutela.
En el relato, llevado de una manera ágil por un camino donde se nota los conocimientos históricos del autor, un joven cántabro llamado Tomás, que en otro tiempo fue guerrero, se ha convertido al cristianismo y se ha unido a Emiliano (San Millán) con el propósito de llevar la nueva fe al norte peninsular, advirtiendo su sueño premonitorio de la destrucción de la ciudad cántabra más importante, Amaya, cuya defensa está asignada a su hermano Necón.
Pedro Santamaría es licenciado en derecho por la Universidad de Canterbury (Inglaterra), país donde ha vivido, estudiado y trabajado desde los catorce años. Después de haber viajado a Taiwán, donde fue profesor de inglés y castellano, decidió volver a su tierra natal para establecerse definitivamente, sorprendiendo a la crítica con su incursión en la novela gracias a su exitosa historia de ‘Okela’ (2011), que narra una expedición espartana a las fuentes del Ebro y a ‘El águila y la lambda’ (2012), que se sitúa en la I Guerra Púnica.