La biografía de Benito Pérez Galdós que ha escrito Germán Gullón narra la vida del autor canario «por dentro», devolviéndole el puesto central de la vida cultural que ocupó en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX y regresando a la paleta de colores de la vida cultural de aquellos años, como en los cuadros de Sorolla o Fortuny, frente a la imagen oscura que trasmiten los libros de Gutiérrez Solana o Regoyos.
Gullón presenta la imagen de un Galdós inquieto, un escritor que gustaba viajar por Europa con alguno de sus mejores amigos, conociendo las naciones, pero también a las gentes y los progresos del arte y de la ciencia que se producían en los países de nuestro entorno.Viajes que se iniciaban siempre desde Santander a la que regresaba, aunque fuera de paso hacia Madrid.
El recorrido por la vida del que fue el principal escritor de su época nos aproxima también a las personas que formaron su entorno: la familia, los amigos, las amantes. Repasa sus intereses, tanto los personales como los literarios, como su afán y minuciosidad al construir y decorar San Quintín, la única casa que tuvo desde que se marchó de Las Palmas, ya que en Madrid vivió siempre de alquiler.
El autor de esta biografía, santanderino de nacimiento, es uno de los principales especialistas en la vida y la obra de Galdós, como ha demostrado a lo largo de décadas. La obra de Gullón puede considerarse como definitiva, y con la exposición ‘Benito Pérez Galdós. La verdad humana’, de la que fue comisario junto a Marta Sanz en la Biblioteca Nacional, ha enriquecido los actos del centenario de la muerte del autor canario.